Tratala bien, hazla reír, comprendela y escuchala, huele rico y... Ella te querrá como su mejor amigo.
Cuántos hombres no citan de manera recurrente y con cierta frustración ésta frase?
Casi siempre son los mismos que viven la amargura de verse ubicados en la temible friendzone, en el mejor de los casos y en el peor... son aquellos que quedan en nuestras listas negras de pretendientes jamás deseados.
La queja eterna del sexo opuesto es su supuesta interpretación acerca de nuestra lógica para seleccionar novio, ya que en muchas ocasiones he escuchado a mis amigos, colegas y cercanos decir que mientras más patan es un hombre, más nos encanta.
A todo hombre que opine lo mismo debo decirle que ésta es una total falacia.
En efecto los hombres patanes son indeseables, pero aquellos que te atosigan con tanta cursilería también gozan de nuestra antipatía.
Así pues, existen los hombres que nos hacen reír y los que nos hacen reirnos... Pero de ellos.
¿Cómo lograr que una mujer se ría de ti?
De una vez por todas echen por la borda todo aquello que les enseñaron sus parientes o las revistas para caballeros sobre la conquista y tomen nota.
Ser demasiado invasivos
Esto aplica tanto para la interacción virtual como para la personal.
Un like, un fav o un retweet nos agrada; lo malo es cuando todas las notificaciones y comentarios provienen de la misma persona y peor aún, vemos invadidas nuestras bandejas de entrada en inbox y dm con varios mensajes suyos all day, casi uno por minuto. (Lo siento por el cargo a su plan tarifario móvil, el wi fi propio o del vecino así de inutilmente gastado).
Tanta interacción virtual lejos de hacerlos parecer coquetos e interesados, los hace ver con cierto perfil psicopata-obsesivo y peor aún, como chicos sin mayor ocupación que vivírsela pegados al teléfono.
En cuanto a la interacción personal, por ningún motivo intenten un contacto físico por mínimo que éste sea, hasta que no sea evidente nuestra simpatía hacia su persona.
Y creanme, cuando una mujer muestra su simpatía o rechazo es muy clara.
Llamarnos por un sobrenombre
Hermosa, bonita , mamita, chula y el aún más odioso sobrenombre: princesa...
¿Es en serio?
Que nos llamen así no nos parece tierno, antes suena patético y un tanto falso.
Los sobrenombres son aceptables, pero les recomiendo usarlos únicamente hasta que logren caernos bien y siempre que nosotras estemos de acuerdo.
Nada de llamarnos "mi amor" cuando apenas nos acaban de conocer y comienzan a tirarnos onda.
Aunque de preferencia llámenos por nuestro nombre, que para eso nuestros padres se rompieron la cabeza cuando debieron registrarnos.
Llamarnos por un sobrenombre cuando aún no tienen nada seguro es desagradable, porque nos están forzando a aceptar por adelantado un posible compromiso que quizá no queremos, y además de presionadas, nos hace sentir a veces como si estuvieran refiriéndose a una niñita o a una mascota, lo que nos hace huir de inmediato o bien, reirnos de ustedes con nuestras amigas.
Venderse como sex symbols
No hay nada más torpe y chusco que pueda hacer un hombre tratando de conquistarnos, que autopromocionar sus proezas y destrezas sexuales o que nos confiesen que trabajaban de strippers en clubes para mujeres , y peor aún, hacerlo como último recurso cuando ya es muy evidente que no tenemos absolutamente ningún interés en ustedes.
Por favor, tengan la dignidad de retirarse en paz y sin venderse de ésta manera, que lejos de darles una esperanza con nosotras y provocar nuestro repentino interés, nos harán soltar tremenda carcajada obligándonos a recurrir al típico amigo que se haga pasar por nuestro novio para quitárnoslos de encima.
No aceptar un No por respuesta
Ustedes piensan que para una mujer no hay nada más hermoso y romántico que tener un eterno enamorado siempre esperando por ellas....
¡FALSO!
Lo crean o no, es molesto tener que rechazar al mismo hombre varias veces, varios meses y en distintas épocas.
Acepten la realidad: si los rechazamos una vez, la respuesta siempre será la misma, no importa que transpiren el agua de colonia más cara y exclusiva, usen el mejor traje, o manden tantas flores como para poner ya una florería o donarlas a algún festejo de XV años o funeral. Si no son nuestro tipo, sólo nos harán reír.
Tampoco cambiará nuestro veredicto el hecho de que se esmeren declarándonos su amor a bordo de un carro alegórico, un zepelin, o tras haber llenado cualquier estadio de pétalos de rosas con nuestro nombre.
Aún cuando sean más espléndidos que el novio en turno, siempre les diremos que no.
Les recomiendo tomar su amor propio y retirarse, que créanme, hay muchos peces en el océano dispuestos a aprovechar todas esas fiestas de pueblo y carnavales que gastan en vano por intentar ganar nuestro afecto.
Y de una vez vámonos aclarando: nosotras no somos interesadas, son ustedes los que hacen éstos gastos de forma voluntaria y obstinada aunque ya les hubiéramos dicho que no.
Venderse como cachorritos en adopción
No hay cosa más graciosa y lastimera que ver cómo un hombre se describe a sí mismo al conversar contigo como un hombre desafortunado en el amor al que han tratado mal y que está buscando que lo quieran.
Peor aún, que te pregunten si tú los cuidarás y les darás amor.
¡Por favor, señores!
A todos nos han roto el corazón muchas veces, pero eso es algo que mejor deberíamos mantener en secreto y emprender una nueva conquista como si nada.
Estos chicos que hacen eso sólo me provocan esa sensación de bloquearlos de inmediato de mis contactos hasta nuevo aviso.
Alardear sobre todas las mujeres con quienes han tenido hook ups
*Hook up: Fajes, relaciones casuales, etc.
Hombre que toma sus conquistas de 5 minutos como triunfos, patán seguro.
Al mencionarnos ésto, ustedes de inmediato nos encienden... pero el sistema de alerta y escape.
Obviamente después de revelar ésta información, lejos de parecernos atractivos e interesantes, los veremos como unos gañanes engreídos que así como tuvieron sus aventurillas con otras, buscarán lo mismo de nosotras para luego volvernos sus conversaciones en el baño de hombres o en cualquier bar en estado mala copa (desde luego en su propia versión corregida y aumentada).
Ser demasiado directos
El que ustedes sean directos es un arma de doble filo: como puede ser una actitud bien recibida por nosotras si ustedes nos gustan o como pueda ser la información necesaria para huir de inmediato si de plano no nos interesan.
El decir a lo claro y muy antes de saber si están siendo correspondidos que quieren que seamos sus novias puede ser desagradable e incómodo para nosotras.
Además, debo decirles que le resta toda la emoción al galanteo.
A nosotras nos encanta que nos seduzcan, y el hecho de revelar desde un inicio sus intenciones le quita todo el encanto al juego de seducción que se convierte entonces en una simple secuencia mecánica o predecible paso a paso antes de darles el sí, por lo que podemos desinteresarnos en el proceso.
Seduzcan, usen su ingenio, tengan un humor inteligente y ya veremos.
Hablar de otras chicas
No falta el típico astuto que para captar nuestro interés intenta ponernos celosas hablando de otras chicas que le interesan y se le hacen bellas.
Por favor... si nosotras somos su interés directo, hacer ésto lejos de compungirnos y alterarnos los sentidos haciéndonos luchar por su amor, sólo nos hará estirar las piernas con la total tranquilidad de que no volverán a neciarnos por una cita, o a atosigarnos de cumplidos cliché simplones.
Convertirnos en bodegas de peluches, flores y otras chucherías.
Cuando no les demostramos ninguna clase de interés, mejor dejen de suministrarnos tantas chucherías.
En serio, llegará un punto en que nos dan ganas de abrir nuestro propio Distroller o Smuckers.
Recuerden la célebre frase de The Beatles: Money can´t buy me love
Cultiven virtudes: sean magníficos deportistas, chefs, artistas... eso es lo que verdaderamente nos atrae.
Ser malos conversadores
No hay hombre que se nos haga más aburrido, y nada interesante que aquel que no sabe conversar más allá de su limitado vocabulario y trilladas expresiones de conquista como:
"Oye, sexy!"
"Hola, hermosa"
"Cuánto mides?"
"Estás bien buena. Tienes Whatsapp"?
Lo primero que ésto nos hace pensar es en la tragedia que supone que el ácido fólico sea un nutriente tan ausente en ésa clase de hombres.
En seguida nos preguntamos: ¿qué no tienen galantería y virilidad suficientes para encantarnos?
Jamás hagan uso de ninguna de éstas expresiones y sus similares, porque más que invitarnos a conversar, nos harán bloquearlos de todos los medios con una carcajada de por medio.
Ahora, suponiendo que no echaron mano de alguna de las expresiones antes mencionadas, y que iniciaron una conversación que a duras penas pueden sostener...
Créanme, no hay nada más aburrido que un hombre que no pasa de escribir "jaja", "oki", "sipi", "yep" o bien, que no tiene ni el mínimo indispensable de cultura general y se la pasa preguntando qué quisimos decir al utilizar alguna expresión en otro idioma o de qué persona estamos hablando que él desconoce y que sin embargo es, o un actor famoso nuevo o clásico, pintor, escritor, director de cine que todos deberíamos conocer por tratarse de un personaje de mucho renombre.
De igual manera, es mejor charlar con un saco de patatas que con un chico que no sabe hablar de otra cosa que no sea sexo.
Hombres: ahora saben los Do's y Dont's para que nos riamos con ustedes y dejemos de hacerlo de ustedes.
¡Los queremos más encantadores que conquistadores!
With Love
Emma
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