viernes, 6 de marzo de 2015

¿Cómo elegir al hombre equivocado? (Y conservar la inmortalidad)

Una mujer cuyo corazón ha sido roto más veces de lo que le ha resultado una relación, es como un gato con sus siete vidas. 

Si algo es cierto es que más se aprende del desamor que del amor mismo, y mientras más te decepcionen más rápida y fácilmente conoces a cada hombre que se te acerca. 

Los ex suelen parecernos en la primera etapa del desamor los seres más aborrecibles y malditos que pudieran existir en éste planeta; sin embargo, consideremos la regla del 10-90:

Un 10% corresponde a las cosas que te ocurren en la vida, buenas o malas, y el 90% restante es cómo tomas tú tales sucesos.

El 10% entonces se refiere a todas las vivencias en que nos han descorazonado despiadadamente, y de nosotras depende cómo queramos vivir el otro 90%.

Tras tantas decepciones amorosas contínuas, había llegado al punto en que veía a todos mis ex como unos malditos monstruos a los que les deseaba el cobro de una suntuosa cuenta por parte del sr. Karma.

Éste tipo de actitud tóxica en que el rencor y  despecho estaban como principales protagonistas, era precisamente lo que me arrojaba irreflexivamente a los brazos de un siguiente "error" , y en todos los casos mis experiencias sentimentales fallidas siempre presentaban un mismo patrón que las echó abajo: 

Terminaron dejándome por alguien más (fuera la ex novia de años, una chiquilla quinceañera con complejo de mujer adulta ultra maquillada o una cabagge patch regiomontana), tras un periodo de tiempo considerable en que todo parecía ir tan bien como para consolidar la relación, y sin enfrentarme para decirme directamente que las cosas habían finalizado.


A raíz ésta última agria experiencia de la cuál ya les conté en 500 días con él,  finalmente he llegado a concluir que cada hombre que te falla en realidad más te va acercando al hombre acierto.

Así pues, los peores ex son en realidad nuestros mejores maestros para que, sabiendo lo que no queremos, por fin definamos lo que sí deseamos y acudamos a su búsqueda. 





            Producto del constante bombardeo de la cultura pop vía comedias románticas de Hollywood y los convencionalismos sociales, todas creemos saber cómo es el hombre ideal:

Alto, guapo, sensible, inteligente, protector, solvente económicamente hablando, galante, comprensivo, bien vestido... Digno protagonista de la película o novela de su preferencia -piensen en Ryan Gosling en la clásica Diarios de una pasión, en Matthew Mc Conaughey en Cómo perder a un hombre en 10 días o en el empalagoso e irreal Gus de Bajo la misma estrella-.


Ahora ¡DESPIERTEN!

Esos hombres no existen, únicamente son personajes inventados por alguien más a los que dichos varoniles y guapos actores están interpretando, porque ni ellos en su vida privada poseen tales cualidades.


Lo que no sabemos cuando estamos iniciándonos en el caótico universo del romance (por ahí de los 14 o 15 años) es que ése es un estándar generalizado impuesto de lo que deberíamos buscar en un hombre para considerarlo ideal pero... desafortunadamente el hombre ideal es también tan inexistente como sus características y componentes!


Bien dicen que el hombre ideal es como un unicornio:

Todos hablan acerca de él pero en realidad nadie ha visto ni conocido uno.



Conforme lo vives en cada experiencia que se te presenta, te vas dando cuenta que ése estándar del que habías partido para considerar adecuado o inadecuado a un galán es en realidad un parámetro risorio de simple utilería que dista mucho de la naturaleza real de los hombres reales, dejándote varada en la temible zona donde te das cuenta que en realidad no sabes lo que quieres ni lo que buscas de un hombre como pareja.


Al no saber lo que quieres, es natural que no tengas precisa y exactamente aquello que tú deseas y desde luego, que caigas con más frecuencia en frustraciones y desilusiones al afrontar la cruda realidad de que ningún hombre ha llegado a cumplir todas las expectativas fantasiosas que tienes sobre lo que debería ser



¿Cómo sabe una lo que realmente quiere de un hombre? y en concreto ¿cómo elegir al hombre indicado?

Sencillo. Elige primero a los equivocados. 

¿Qué tipo de hombres son los equivocados? 

Partiendo de mi propia experiencia y de las de mis cercanas, aquí he enlistado algunos tipos de hombres con quienes seguramente se han topado en el camino o lo harán a futuro. 
Extremen sus precauciones!



El mejor novio del mundo.


Éstos sujetos ocupan el lugar número 1 en mi ranking por lo patéticos que resultan.

Se trata de aquellos que, aunque en su Facebook y otras redes sociales tienen una foto de portada o de perfil con su novia (si no es que ambas) en cuyo pie le dicen a ella  Te amo y le recitan una y mil cursilerías pero oh!... por mensaje privado se comportan como solteros en cortejo y se la pasan coquetéandote!

¿Les ha ocurrido?

En definitiva descártenlos por mucho que sus halagos y coqueteos les suban el ego.

Ahora bien, así como ellos buscan verle la cara a su pobre novia, tampoco está mal burlarse de ellos un rato.

Les aconsejo que cuando el sujeto en cuestión les diga algo le bajen la hombría con ésta frase:

¿Y lo mismo le dices a tu novia? Cielos! qué afortunada es.


O bien:



Gracias. ¿Y qué opina tu novia al respecto? Me la saludas, ¿vale?

Y en un tris lo borraron de su panorama.











El mustio.






Indeciso, indefinido respecto de la relación que tiene contigo y tan voluntarioso que sólo te busca para cortejarte y ser el más cursi romántico hollywoodesco cuando le da sentimiento porque tú pareces distante de él, pero tan pronto reestablecen contacto te deja de frecuentar para después darte cuenta que anda de perro con otras. 

Le dará miles de vueltas cada que hagas la pregunta ¿qué somos?, siempre con la misma respuesta diplomática: "Ahora no sé si quiera una relación; conozcámonos más, salgamos más. Después no me molestaría tener ya esa relación contigo" y podrías pasar meses sumida en su voluble jugada, hasta que de pronto te llega con la sorpresa de que se hizo novio de otra, y aunque ante lo evidente lo mandes al diablo, se aferrará a seguir contigo para no perder lo que él denomina "lo nuestro" y finalmente poco le importará haberte dejado en malas condiciones emocionales mientras presume a su nueva novia.

Éste es el tipo más peligroso; al primer síntoma ¡bótenlo! No se crean de su máscara de hombre romántico poético que regala flores...







El Mil amigas










Típico osito cariñosito consejero amoroso de sus docenas de amiguitas que acuden a él dada su sabiduría para manejar las relaciones, pero cuya vida sentimental personal es un bodrio. 

Siempre lo verás rodeado de puras mujeres y tiene muy pocos amigos hombres. 
Fácil distinguirlo porque en su Facebook casi todas sus fotos son con una amiga diferente o grupo de ellas que dicho sea de paso, le llaman por algún sobrenombre ridículo.

Hombre no apto para aquellas que son celosas, especialmente porque el Mil amigas les dará siempre un trato preferencial y más cariñoso que a la supuesta principal.
¡Todas son sólo amigas hasta que se demuestre lo contrario! 








El nostálgico







Parece el galán perfecto: es un hombre maduro, con iniciativa y de mundo al cuál los viajes en verdad lo han ilustrado.
Crítico, de humor inteligente y con los modales más varoniles que hubieras visto, pero con un grandísimo defecto: tiene el mal hábito de echar vistazos al pasado porque es evidente que aún no supera a su ex.

No esperes que éste tipo de hombre corte sus nexos con su ex de toda la vida porque sientas que tú la superas en varios aspectos.
Ya lo dijo Juanga: la costumbre es más fuerte que el amor, y para éste galán aplica más malo por conocido que bueno por conocer. 

Quizá pasen unos cuantos meses de calidad pero al final, como el agua que vuelve a su río te dará la sorpresa de que siempre quería más a su ex que a ti e incluso lo verás formalizando más su compromiso con ella.

El nostálgico es buen sujeto para disfrutar del juego de la seducción, pero jamás y por salud mental para enamorarse.






El fan








Cada que te ve es como si la horda de directioners estuvieran ante sus ídolos en plenos vestidores, lo cuál en verdad aterra.

Detallista, atento, sensible... pero demasiado atosigante.
Desearías saber cuál es el mecanismo para apagar tantas emisiones imparables de miel y cursilería empalagosa.

¿Quieres tu espacio personal y evitar morir emocionalmente sofocada? Al primer síntoma ponle un alto y ¡huye!





El huérfano social






Con aires de chico malo, apariencia agradable y un buen six pack que da el gatazo pero... unos modales tan poco refinados como el vocabulario que utiliza para referirse a ti, que incluye sobrenombres desagradables como "mami " "mami mi reina" y similares.

En un inicio te puede atrapar su apariencia de cachorro desamparado inofensivo, pero conforme lo vas conociendo, descubres que lleva malas relaciones familiares, es emocionalmente inestable y tiene problemas con sus relaciones sociales, tanto, que se las ingeniará para que tú lo adoptes haciéndose pasar hasta por tu asistente personal y que así  le des status. Una vez obtenido, te irá abandonando poco a poco, e incluso lo verás ligando a chiquillas unos 3 o 4 años menores que él.




Éste es una especie de escalador social o vividor de la generación Millenial.

Bien lo dicen: aunque le cuelgues perlas a un puerco, seguirá siendo un puerco y punto.

Ni porque su apariencia engañe, o por mucho que intentes cambiarlo se regenerará para darte amor verdadero, así que mejor descártalo.






El desesperado







Incansable cortejador de más de tres mujeres a la vez para ver con cuál de ellas llena ése requisito o vacío que sienten los hombres al no tener una relación en años.


Él no tiene claro lo que está específicamente buscando en una mujer, así que las candidatas pueden ser completamente diferentes entre sí tanto físicamente como en cuestiones de personalidad.

Éste tipo de hombre te buscará de forma tan insistente y lanzada que podrías sentirte incómoda.
No tiene consideración por tu tiempo ni tus actividades, simplemente te soltará la bomba cada que por su cabecita surja algún plan, y si no tienes tiempo (o ganas) de aceptar su invitación, hará berrinche y correrá a los brazos de otra candidata que sí esté disponible.

La ideología del desesperado es tan básica: se trata de encontrar a alguien que llene el espacio vacío.

¿Un hombre sin principios ni objetivos sentimentales claramente establecidos? No, gracias.






El YOLO









Es evidente que lo único que busca de todas las mujeres con quienes sale es sexo. Después de todo: You Only Live Once, ¿no?


¡Alerta! Con él aplica el principio: El que se enamora, pierde.


Y aunque sea el mejor seductor de la historia y haga de todo por convencerte, sólo será por única ocasión hasta que consiga lo que quiere.

Únicamente apto para aquellas que busquen también una aventura efímera sin afán de comprometerse y sin intenciones de enamorarse, de lo contrario, podrían salir sumamente heridas por alguien que triste y lastimosamente jamás evolucionará más allá de la simple satisfacción básica de su instinto animal.

Si buscan amor y algo serio, entonces corran en dirección contraria.




El ofrecido









A diferencia del YOLO, éste sujeto no es nada seductor ni sutil al proponerte que tengan sexo, y se ofrece de un modo que en verdad causa pena ajena y repulsión total.

Peor cuando se le ocurre preguntarte: ¿quieres ser mi amante?
Totalmente vulgar y falto de toda educación

Pfff! a la trituradora, por favor.




El extranjero incómodo







No se dejen llevar: una cosa es que su nuevo amigo provenga de otra ubicación geográfica, y otra muy diferente que trate de pasarse de listo queriendo hacerte tonta al justificar que sus atrevidos comportamientos y propuestas son parte de sus costumbres.

Si estás cómoda con la situación, adelante. Pero de lo contrario, ¡márcale el alto desde ya! 
Si lo quieres como tu pareja en un compromiso serio pero él no deja de proponerte algo físico... es sólo un extranjero más buscando otra aventura para su diario de viajero.
Tú decides si formas o no parte de él.



Mr. Colega envidioso








Se te ocurre la genial idea de involucrarte con un colega.

De la nada, a tí te ascendieron de puesto, te dieron el empleo para el que él también estaba aplicando como candidato o simplemente obtuviste el grado antes que él, pero sorprendentemente... éste hombre comienza a marginarte hasta que rompe contigo.

Un hombre que no esté hombro con hombro celebrando con su pareja sus éxitos y por el contrario se muestre envidioso y tóxico... es nocivo para la salud.

¡Next!





El Jackass







Típico payaso bromista de buena apariencia pero cero IQ.

Quizá te puedas reír de dos o tres idioteces que haga, pero en breve comienza a hartarte tanta inmadurez de su parte, como el hecho de que se exceda bebiendo o todo el tiempo se la viva en las fiestas.





El geco







Como su nombre lo indica, es el tipo de hombre que cual geco (esos reptiles que nunca se mueven de donde están y pasan así horas e incluso días), al estar ya cómodo con la relación jamás toma la iniciativa para invitarte a salir, a veces ni te llama o mensajea, ni te corteja, de tal suerte que hasta sería más interesante tener a un saco de patatas junto. 




El mirrey








Pretencioso, tan o más vanidoso que cualquier metrosexual de los años 2000, arrogante, y con una forma de vestir y peinarse tan chabacana y cursi como las expresiones que utiliza para dirigirse a ti o a sus amigos, en que escatima o mutila las palabras, rey de las selfies, que se siente el amo y señor de los antros...
Tan superficial y plástica es su existencia, que hasta Tupperware (la marca de los moldecitos de plástico) le sacaría más provecho de lo que tú podrías hacer con él teniéndolo como pareja.

Esa camisa abierta del pecho para dejar que asome su ardilla (o bien, su pecho depilado con Nova Láser) deja mucho que desear de su masculinidad.

Un punto menos a su favor: nunca podrás competir por su amor contra su propia imagen en el espejo.


¡Next!, paps. Que a ninguna mujer le agrada que te refieras a ella como Lobuki.

El niño señor






Está en los veintitantos pero su psicología corresponde a la de un niño de 10 años.
Hombre sin ambiciones, ni deseos de superación al que sus padres aún lo mantienen y peor, le cumplen todos sus caprichos, desde el smartphone de moda, hasta los viajes.

Éste tipo de chico no se ha esforzado por conseguir lo que quiere, así es que si esperas que luche por ti, lo mejor es que estés dispuesta a ver cómo se va biodegrandando un pañal. (Dato curioso: los pañales tardan alrededor de 125 años en biodegradarse).






El último recurso






Él no es para nada nuestro tipo, no existe compatibilidad de personalidad y gustos entre ambos ni una plática amena, pero lo importante es que es buena onda y está disponible...



Éste tipo de hombre es el recurso de desesperación en que algunas podemos llegar a caer cuando tenemos años sin novio o bien, nuestro último novio nos trató tan mal, que nos enamoró que nos hablara bonito y nos tratara bien.



Si no es tu platillo favorito, es preferible mantenerse con apetito.
En un inicio podría inexplicablemente encantarte el hombre, pero conforme el efecto de ansiedad por no estar sola vaya disminuyendo, te darás cuenta que estás invirtiendo mal tu tiempo y energías.

Conformarse no es la opción.







La sabiduría popular no se equivoca, chicas:

Más vale sola que mal acompañada.

Y cada experiencia trae su aprendizaje; tengan muy presente todo aquello que no les ha gustado de los galanes en sus listas, y en su próxima elección de galán traten de elegir todo lo contrario a lo que sus ex han representado, porque conociendo perfectamente lo que no quieren del hombre equivocado estarán cada vez más cerca de su Mr. Right , o siendo más realistas, de un hombre cada vez menos equivocado y más adecuado para ustedes.



With Love


Emma














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