Y aunque el título de éste post parezca tan quemado como predecible, cada quien vive sus 500 días con su Summer en condiciones y con intensidades muy particulares, además de ser un emotivo homenaje a todos aquellos que somos ex, sin haber tenido propiamente un título de noviazgo, pero sí todos los requisitos para considerar una relación de hecho.
Summer es sin duda un personaje por unos odiado, por otros amado pero jamás ignorado; algunos son detractores acérrimos de las crueldades emocionales que perpetró en contra del ingenuo y dulce Tom a quien dejó pendiendo de un hilo, y otros más la idolatran y defienden, tomándola como su punto de referencia para demostrar una supuesta inteligencia emocional superior frente al resto de los mortales.
Lo cierto es que para bien o para mal, todos hemos sido la Summer de alguien... pero como parte de la dinámica de éste emocionante juego de la vida, también y aunque tratemos de ocultarlo, hemos sido Tom.
En ésta ocasión y desde el año 2012, me tocó jugar el papel de Tom.
Mi Summer fue ése compañero de generación en la universidad al que, hasta antes de los amigos en común y de compartir juntos clases me era completamente indiferente.
No pasábamos de un saludo simple en pasillos y de ahí no tenía mayor trascendencia; inclusive ni siquiera lo miraba como un potencial prospecto amoroso... hasta que varios factores comenzaron a conjuntarse para que todo ésto diera un giro radical.
Si ésta persona ahora mismo estuviera leyendo ésto (cosa que creo con la probabilidad de 1 en un millón) , tendría la respuesta a una pregunta que me hizo en tres ocasiones : "¿Tú acaso llevabas diario o cómo es que recuerdas las fechas exactas de cada cosa que pasamos juntos?"
Nunca llevé un diario, pero si algo me apenó admitir ante él , es que cada suceso importante siempre se me queda perfectamente registrado en la memoria, desde el día, hasta las condiciones del clima y lo que llevaba puesto.
Así es como demostré imperceptiblemente (para él) que de verdad me importaba y mucho.
El día cero... recuerdo que era octubre, y tal como ocurrió con Tom en el cuarto de copiado, éste Summer me sorprendió con un beso accidentado al despedirse de mí.
Tuve una mezcla de emociones, entre la risa nerviosa, cierto placer, confusión y finalmente decidí aterrizar todo hacia el hecho de que él quizá habría tenido un simple error de cálculo al despedirse.
Sin embargo seguí sintiéndome extraña los días siguientes que la cercanía entre ambos crecía, y las conversaciones en WhatsApp o inbox se hacían más ocasionales, y más aún, cuando nuestras despedidas dejaban a notar cierta tensión en el aire.
A Summer lo sentí más bien como un buen amigo, y pensé que de ahí no pasaría; él era muy divertido, ocurrente, perspicaz y sensible. Realmente era un placer conversar de vez en vez.
Sin embargo y extrañamente, comencé a desarrollarle cierto cariño, y recibir sus mensajes hacía a mi rostro lucir una sonrisa tonta cuyo fundamento real ni yo misma lograba explicarme.
Después de algunas conversaciones nocturnas, ambos coincidimos en que tenía años que no íbamos a un cine y surgió la propuesta: saldríamos al cine.
Recuerdo perfectamente ésa mañana.
Al llegar a la oficina, mi mejor amiga se acercó emocionada y radiante a mí para compartirme la buena nueva de que saldría con su prospecto amoroso, y coincidentemente yo también saldría con alguien a quien le tenía aprecio pero que hasta ése entonces no era propiamente mi prospecto! Inevitablemente me contagió la emoción y nos abrazamos y festejamos con mucha euforia.
Aún no comprendía el por qué pese a que no iba propiamente con alguien en plan romántico, me sentía sumamente nerviosa y emocionada, tanto, que anduve más veloz y energética que el conejito Energizer hasta la hora en que me había quedado de ver con Summer.
Y ése momento finalmente llegó. Él y yo nos encontramos, y después de una prolongada vuelta por los alrededores del centro de la ciudad en busca de un cine cercano, al fin dimos con éste!
Para variar, la película fue lo de menos ya que nuestra elección fue totalmente al azar: El Hobbit: un viaje inesperado.
Y qué inesperado resultó lo que a continuación les platicaré.
Tras una breve charla de antesala en la que nos burlamos de las teorías sobre el mentado fin del mundo del 21 de diciembre, al fin entramos a la sala, donde las cosas comenzaron a ponerse extrañas.
Comenzamos estrechando nuestras manos sólo por juguetear, después se dio el típico movimiento en que me pasó el brazo, continuó el jugueteo y como una especie de acto reflejo, consecuencia lógica, impulso incontenible o no sé cómo denominarle... terminamos besándonos.
Ahí comenzó el primero de 500 días con él.
Lo siguiente fue un mix de emociones encontradas, risas nerviosas... y el impulso de continuar lo que habíamos comenzado.
Yo simplemente no podía creer lo que estaba sucediendo! pero ya no podía echar a andar en reversa.
Summer me hizo un interesante planteamiento, ya que él se iría de intercambio a otro país por 6 meses:
-¿Te gustaría que tal vez intentáramos algo bien a mi regreso en el mes de julio?
Los colores me subieron y bajaron como nunca (qué suerte que estaba todo oscuro y él jamás se percató). No podía creer que en verdad me estuviera proponiendo ésto, así que con toda incredulidad y pensando que quizá sólo tenía la emoción del momento, asentí descuidadamente pidiéndole que mejor pensáramos en el aquí y ahora, que viviéramos el momento.
Saliendo de la función volvió a hacerme dicho planteamiento y comencé a experimentar dentro de mí sentimientos tan diversos como nuevos. Nunca me había pasado algo así, pues hasta antes de ésto, todas mis conquistas eran instantáneas y a corto plazo.
La sensación duró solamente unos días, puesto que, para evitar alguna sorpresa desagradable y producto de mis fallidas experiencias anteriores, activé mi mecanismo de protección emocional haciéndome a la idea de que él no volvería a buscarme... y cual fue mi sorpresa cuando lo hizo!
Lo siguiente fue una prueba piloto a la distancia en que estaríamos viviendo para el 2013, pues ambos nos encontrábamos en distintas partes del país, factor que no fue en absoluto un obstáculo para sostener tan buenas y tiernas conversaciones hasta altas horas de la noche, donde dicho sea de paso, pude conocer más de Summer.
Si él estuviera viendo ésto, sabría que después de todo sí le puse atención: sé cuáles son sus afrodisíacos, sus manías, fobias, alergias e incluso la historia de su familia paterna. Todo ello me lo platicó en agradables dosis diarias. Él también conoció los mismos aspectos de mi persona, desde mis afrodisiacos hasta a mi familia (al menos en foto).
Tal como ingenuamente Tom creía que ya tenía algo más con Summer tras el hecho de que ella le hubiese contado detalles personales que a nadie más, me sentí más compenetrada con mi Summer.
Aún así no desestimé el dejar del lado mi sistema de protección emocional, en caso de que algo pudiera ocurrir y yo me estuviera ilusionando de más.
Creo que aquí tuve un gran fallo al andar a la defensiva aunque nada estuviera ocurriendo.
En fin, pasamos la prueba del Guadalupe-Reyes alejados, y volvimos a reencontrarnos en enero de 2013.
Pasaron los días, pasaron los meses y Summer y yo parecíamos estar desafiando con éxito a la distancia; nuestro trato si bien no era diario (para no atosigarnos o aburrirnos el uno del otro), seguía tan cercano, cariñoso y entusiasta, que en tan bonita primavera 2013 me sentía digna protagonista de una comedia romántica tan melosa y tan perfecta que ni Hollywood le llegaba al precio comparado con lo que sentía por él y por nosotros.
A falta de contacto físico-presencial cada like a mis fotos o comentarios, cada mensaje, cada comentario suyo me hacían sentir increíble durante todo el día, querida y muy entusiasmada con la idea de un nosotros.
Desde luego, tuve mis altas y bajas; experimenté paranoia y celos de vez en cuando, pero nada de qué preocuparse. Al final y aún con mis reservas no podía esperar al regreso de Summer, y literalmente miraba diario el calendario contando los días restantes para volvernos a ver.
19 de mayo: día 152
El día más emotivo para cualquier universitario a punto de graduarse: la foto de generación.
Recuerdo perfectamente ése sábado por la mañana, preparándome para la toma de tan histórica fotografía donde resucitarían amigos, enemigos y ex, todos unidos por una misma causa!
Terminado el evento, sentí cierta melancolía y le envié en la noche a Summer un mensaje diciéndole que me había hecho falta en tan memorable momento y que me hubiera gustado que estuviera ahí conmigo.
Él me respondió de una manera extremadamente seca y cortante y desde ése día se marcó un abrupto distanciamiento entre ambos, cosa que me dejó desconcertada y helada.
Él dejó de escribirme y mi reacción fue alejarme antes que ser una carga insistente. Quizá es cuando más debí insistir, pero no lo creí adecuado. A nadie le gusta que lo presionen ni mucho menos que lo persigan.
Desde éste momento y durante todo ese mes, tuve la melancolía e incertidumbre más insoportables... no sabía si iba o venía y antes que caer más en ése abismo de un latente desamor, activé mi sistema de protección emocional, pensando que hasta ahí habíamos llegado Summer y yo.
Me afligí muchísimo, pero traté de darme ánimos y continué enfocando toda mi atención en terminar bien mi último semestre, el definitivo.
El blindaje emocional marchaba excelentemente, e hice unas muy bellas amistades de otras partes tanto del interior del país como del extranjero.
Summer era aún contra mis sentimientos más profundos y mi voluntad, punto y aparte, o eso creía yo hasta que....
21 de junio: día 184
Había pasado poco más de un mes desde que Summer y yo dejamos de comunicarnos, cuando de la nada, revivió del coma mediático ésta lluviosa tarde de junio, enviando un saludo desde Brasil.
Yo estaba atónita. Creí que lo que teníamos ya era asunto terminado!
Ciertamente y de acuerdo con lo que Summer me estaba manifestando, estaba equivocada.
Sus palabras fueron mi debilidad y me dejé seducir por el canto de las sirenas; me dijo que me quería, aunque yo lo hubiera olvidado, que era suya y que ya no veía la hora en que nos volviéramos a encontrar.
De nuevo regresó a mí la atmósfera romántica desde aquella primera cita, desde ese día 1.
Por vez primera experimenté en carne propia las famosas mariposas estomacales de las que todo el mundo tanto habla; cada palabra dicha por mensaje enviado era la prueba contundente de que habíamos sorteado con éxito el factor de la distancia e inclusive el del tiempo tras un mes de silencio!
Todo, absolutamente todo apuntaba a una relación de hecho de acuerdo con mis cálculos; y de acuerdo con mis esperanzas, tan sólo bastaba la presencia física de ambos para hacer de dicha relación una realidad concreta, y en el transcurso de ése día y hasta su regreso, pude advertir más aspectos privados y desconocidos de Summer, y Summer de mí.
Aún así muy en mi interior sabía que no debía dar todavía nada por seguro, en cualquier momento podría saltar alguna sorpresa, así que no bajé la guardia.
Algo dentro de mí me indicaba que me mantuviera muy alerta, y no sabía qué era.
8 de julio: día 201
El día en que Summer regresó al país.
Reconozco que tuve mis fallas; realmente me moría de ganas de ir a recibirlo al aeropuerto, pero ése sentimiento de inseguridad y mi constante tic de alerta me limitaron de hacerlo.
¿Y si me estaba anticipando y con ello tomaba atribuciones que aún no me correspondían, haciéndolo sentir en exceso comprometido? Tomé en cuenta que la bienvenida al país sería para Summer un momento más bien familiar, y de acuerdo a nuestra situación, las cosas entre ambos aún no se encontraban lo suficientemente definidas como para invadir de la nada su más íntimo círculo con una presencia intempestiva.
Resolví que lo mejor era un reencuentro aparte, aunque debiera esperar por ello con tal de no causarle presión y evitarle un momento sumamente incómodo.
18 de julio: día 211
Tras algunas charlas nocturnas vía inbox, al fin resolvimos reunirnos éste nublado y frío día de julio.
Mi estómago se sentía agradablemente revuelto, mi respiración se encontraba muy agitada y mi pecho latía con tanta rapidez y fuerza, al punto de la taquicardia!
Por fin!!! 6 meses habían pasado desde que por última vez besé y abracé a Summer, que traté de controlarme lo más que pude para evitar hacer una super escena al toparlo.
Al fin nos vimos, nos abrazamos y demás. La euforia era tanta, que me costaba pensar con claridad y de alguna manera me apenó demostrarle ésa emoción de volverlo a ver, que permanecí en un mood sumamente sereno y moderado.
Aún tenía atorada ésa barrera que me hacía contenerme de demostrarle todo lo que estaba sintiendo.
Hablamos menos de lo que nos besamos, y ahora que lo veo detenidamente me doy cuenta que ése fue otro gran error: exceso de mua mua, y falta de bla bla...
Y la perjudicial consecuencia: no haber definido nada; peor aún, pensar que bastaba con que estuviéramos juntos de hecho y sin necesidad de someter a un etiquetado lo nuestro.
La cita transcurrió entre cariño y prisas, lo que me dejó con cierta sensación de estar en un barco a la deriva; los días siguientes, ésta Tom sintió que le había faltado mucho por decirle a Summer, sensación que se recrudeció conforme pasaban los días y yo lo notaba a él algo distante.
Nuestra comunicación comenzó a presentar las primeras grietas y vacíos, e inconstancia.
Mi inseguridad aparentemente sin motivos, comenzaba a tenerlos a raíz del alejamiento de él.
No lo veía decidido y en consecuencia yo tampoco pude abrirme a hacer públicas mis muestras de afecto hacia Summer; es por ello que nadie se dio cuenta de nada.
No sabía si realmente estaba en una zona segura, antes parecía estar parada en arenas movedizas.
Planeamos volver a salir, pero más fueron las postergaciones de Summer para que ello ocurriera, que las salidas de ése mes y el siguiente.
En consecuencia me sentí más insegura que nunca y a eso le añadimos la espantosa incertidumbre; fueron días horribles!!!!
Peor aún, miraba a mi alrededor cómo se formaban parejitas y yo me observaba estancada en el terrible punto en que el amor se entierra entre un no y un sí.
Dado que siempre había algo que nos impedía mirarnos en persona, no aguanté más y... confronté a Summer vía mensaje, para saber qué estaba ocurriendo.
26 de agosto: día 231
Pasados dos días desde la fiesta de graduación, le envié a Summer un largo mensaje expresándole lo que no había podido decirle en nuestra cita de reencuentro, y yéndome directamente al punto:
¿Estaba dispuesto a continuar e intentar bien las cosas o mejor separábamos caminos sin rencores?
Sinceramente sentí que, dadas las señales en su comportamiento que me estaba demostrando al distanciarse y ser menos constante y fresco en su comunicación conmigo, estaba perdiendo interés y me pediría lo segundo, por lo que preparé todo el terreno para recibir la noticia.
Su respuesta tardó días, lo que no me dio para nada buenos indicios. Cuando quieres algo, de inmediato resuelves a favor... o en contra.
O al menos así se hacen las cosas a mi manera.
10 de septiembre: día 264
Justo 2 días antes de mi cumpleaños 23 llegó la tan esperada respuesta a mi gran discurso emocional.
Estaba lista para todo, tomé aire y... procedí a leer lo que me había escrito.
Para mi sorpresa, Summer dejó en claro que quería tener algo más conmigo, que deseaba conocerme más y que esperaba que pudiéramos comenzar todo desde el cortejo.
En ése momento, su respuesta me emocionó a sobremanera, tanto, que mil y una cursilerías y planes melosos para realizar juntos pasaron por mi cabeza: al fin iríamos al autocinema como habíamos quedado desde febrero, iríamos a comer a todas partes y demás... so happy together!
Ahora que veo las cosas de otra manera, el no definir de inmediato nuestra situación colocándole su correspondiente etiquetado era una pésima señal...
Saqué mi cursi y desconocida faceta, aunque extrañamente aún no me sentí por completo confiada de entregar al 100% mis sentimientos.
Summer de hecho no cooperaba tanto para que me explayara emocionalmente con él... antes me hacía seguir dudando de qué era lo que nosotros teníamos.
Seguía sin ver algo concreto y pasé un cumpleaños donde continué sumida en la incertidumbre.
Me invadían pensamientos a veces pesimistas, otras veces esperanzadores. Sin embargo lo que ocurría con mi mejor amiga y su prospecto que también había salido de intercambio a otro país y regresado, hizo que contrajera una psicosis en que pensaba que en cualquier momento podría ocurrirme lo que a ella con él, y así experimentaría un abandono silencioso.
Para hacer el clima más tenso y denso, Summer estaba cada vez más seco y retraído, y yo sentía que ofrecía mi corazón al vacío.
Aparte, otros amigos me hicieron ésa compañía que Summer no me ofrecía; cerré los ojos ante éste hecho, pero no dejaba de sentirme mal al saber que otros jugaban más el papel que a él le correspondía.
24 de septiembre: día 277
Con la cabeza a punto de estallar de tanta fluctuación afectiva y en la tensión de mis trámites para presentar el examen profesional, se generó un malentendido con Summer que nos hizo separarnos todo un mes.
Desde éste día y todo octubre, viví una fatal pesadilla!
Sentí tremenda agonía dado que Summer no me escribía ni me buscaba; a eso hay que añadirle la impotencia de haber terminado mal por una tontería sin fundamento.
Peor aún, Summer me demostraba indiferencia haciendo latente su afecto a medias hacia mí, mientras se resolvía de una manera más afectuosa con otras personas.
Pasé ése mes con un mal humor tan contagioso, tan insoportable... que de no ser por mis amigos que me apoyaron, me hubiese hundido.
Aún con todo el sentimiento que traía atorado, mi ceguera fue tanta, que aunque se me presentaron muchos pretendientes en el camino, no les presté la mínima atención ni les di una sola oportunidad de acercarse.
Todavía seguía pensando a Summer con intensidad y fe en que podríamos volvernos a entender.
La señal de que él no tenía un interés tan real en mí estaba frente a mis ojos... sólo que me negué a ver las cosas en sus colores verdaderos y ...
Noviembre 3: día 316.
Después de darle muchas vueltas al asunto y de pensar que quizá yo habría sobre actuado ante el malentendido, decidí buscarlo en son de paz al menos para terminar civilizadamente.
Aquí entre nos, aún sentía muchas cosas por él y deseaba la posibilidad de continuar bien las cosas juntos.
Me disculpé por las cosas fuertes que le dije y para mi beneplácito, él se disculpó por haberse alejado tanto y me dijo que me extrañaba.
Tom volvió a su extrema ingenuidad y sin dudar, le dí otra oportunidad para que retomáramos lo nuestro, ésta vez con toda la ilusión y el ánimo de hacer realidad una relación verdadera.
No podía esperar a nuestra selfie juntos y demás pavadas de adolescentes enamorados.
Las siguientes noches las pasamos platicando de todo, con miras a volvernos a ver.
Ése noviembre fue el más ocupado de mi historia, pues tenía mil cosas que hacer, desde el curso de idioma, pero principalmente la preparación del tan esperado examen profesional.
Con todo ésto encima, saqué uno y mil pretextos para ver a Summer; y sí que me valí de cualquier justificación para escaparme con él, dado que el vigilante ojo de mi padre es sumamente difícil de esquivar.
Cabe decir que toda mi historia con Summer la viví totalmente en secreto y a hurtadillas de mi padre, con tal de que él no le pudiera meter algún susto. Por protegerlo fomenté el tener una relación oculta de todos.
En fin, después de un encuentro espontáneo en la facultad, llegó un día sumamente memorable...
22 de noviembre: día 335
Éste día tenía mil cosas en la cabeza y mi reloj biológico anduvo a 45 revoluciones por minuto!
Nada me emocionaba tanto como pasar tiempo con Summer para así lograr una mayor profundidad y solidez en nuestro vínculo.
La cita de tan intensa y tan divina es indescriptible.
Al despedirnos, no conformes con plantearnos el tiempo que ya teníamos de estar juntos (cerca de un año), él me hizo la promesa de estar presente en el día más importante en mi vida por los últimos tiempos: mi examen profesional.
Después de verlo, abrazarlo y demás, volví a mi status de Tom en el musical de su vida, tanto que ni siquiera se me hicieron pesados los días restantes antes del gran día.
Mis expectativas estaban tan a flor de piel... que no sabía que a la vuelta de la esquina se encontraba la cruda realidad y que ambos escenarios estaban a punto de colapso.
5 de diciembre: día 348
El Gran Día!!
Era una templada mañana a eso de las 10.
Me encontraba en una especie de estado alfa en que no podía sentir absolutamente ninguna emoción; el tiempo se me hizo una unidad de medida inexistente, y mi mente y espíritu se encontraban totalmente enfocados en aprobar el examen de mi vida y así obtener mi grado como licenciada.
Ver llegar a todos mis seres queridos entre amigos de toda la vida y familiares me llenó el alma por completo, y con esa emotividad estaba lista para que, a la llegada de Summer y aprovechando la ocasión pudiera presentarlo ya a todos como mi "alguien especial".
Desfilaron todas las hermosas personas invitadas al evento, pero conforme avanzaban los minutos no veía llegar a Summer, y antes que pudiera hacer, decir o sentir algo... llegó la hora de presentar el examen.
Muy en mi interior sabía que él definitivamente no iba a acudir, y de inmediato nació dentro de mí un enorme valor y coraje para presentar un examen profesional tan perfecto como fuera posible, con nervios de acero y sin derramar una sola gota de sudor o lágrima. Obtuve la mención honorífica!
No volteé hacia atrás durante toda mi examinación, pero al hacerlo, Summer era la figura ausente que me había dejado colgada en un día que él sabía muy importante para mí.
Y aún con todo el cariño recibido por parte de gente tan bella, sentí una profunda decepción y dejo de desprecio por parte suya.
Como si aquello que vivimos días atrás no hubiese significado absolutamente nada.
Mi mejor amiga me dio un abrazo al tiempo en que me dijo unas palabras que hicieron que se me rodara una lágrima:
-Él en definitiva es un desconsiderado que no se merece tu cariño. Ya no merece más oportunidades.
Ése triunfo personal y profesional tuvo un sabor tan agridulce... me sentía por un lado feliz, realizada y consolidada pero por el otro, despreciada, abandonada e ignorada por alguien que para mí en aquel entonces era importante.
Sinceramente estaba muy ofendida.
Summer reapareció con un mensaje en que se disculpaba por no haber podido asistir con un pretexto más tonto, que habría sido mejor que no me dijera nada.
Y aunque sabía perfectamente que todo indicaba que Summer me quería a medias, aún así decidí perdonarle tal ausencia y le escribí de manera super seca y sucinta un mensaje de feliz cumpleaños.
Supongo que él sentía cierta deuda moral conmigo, porque tras intentar hacerme plática, me pidió que nos viéramos para claro... volverme a postergar y perder todo diciembre en mensajitos cariñosos a la distancia.
En verdad, él cada vez me estaba dando más motivos para hartarme de lo que teníamos, aunque yo no quise admitirlo.
Y estoy segura que de haberme él dado los motivos concretos y verdaderos para sentirme segura a su lado, tengan todos por cierto que otra sería la historia y que me habría atrevido a amar de esa forma tan espontánea y sin complejos, entregando el 100% de mi corazón.
Sin embargo no pude; cada vez me sentí más propensa a un abandono o traición de parte suya.
La pseudo relación comenzaba a resquebrajarse para iniciar el desangre.
29 de enero 2014: día 388
Después de tanto sube y baja, arreglo de citas y postergaciones, habíamos quedado de darnos éste día sólo para nosotros.
Y adivinen qué?
Nuevamente me canceló!
Aunque quería enloquecer y ahí mismo decirle por mensaje que mejor ya cortáramos, fue todo un reto mantener la compostura y la paciencia, siempre con el distintivo de brindar oportunidades y tratar de comprender al otro.
Ése día no salimos, pero estuvimos mensajeándonos por 13 horas contínuas...
Se nos pasó así enero, febrero....
14 de febrero: día 417
El día de los enamorados...
Desde siempre he aborrecido ésta fecha por todo lo que implica, desde que mis lugares favoritos estén abarrotados de hordas de gente, hasta la contaminación visual que producen los peluches, globos ridículos y cursis cajas de regalos.
Demasiada azúcar emocional para producirme una diabetes afectiva letal.
Sin embargo pensaba que éste 2014 sería distinto... pese a los altos y bajos con Summer, él estaba a mi lado y podríamos pasarlo juntos.
Ésto no sucedió porque un día antes me llamaron a una entrevista de trabajo que sería precisamente dicho día, y a eso aumentemos el horrible desgaste que me provocó una pelea a muerte con mi padre por motivos tan injustos.
Con todo y la moral hasta el piso, aún sintiéndome con algo de pena por enviar un mensaje meloso en un día meloso, le escribí algo tierno a Summer...
Mismo mensaje que pasó completamente por alto.
La sangre de éste vínculo comenzaba a correr poco a poco.
Tras varios esfuerzos de mi parte porque nos viéramos, entre pretextos diversos para escapar y mis múltiples ocupaciones con las convocatorias de maestría, nada fue suficiente; Summer jamás tuvo tiempo (interés) para verme.
Las ansias de hablar con él para aclarar de una vez nuestra situación me estaban matando.
Ése fue febrero del '14.
2 de marzo: día 435
Abrumada, ansiosa y triste, determiné que el momento final había llegado.
Tenía que hablar con Summer a como diera lugar y tras preguntarle vía mensaje cómo se encontraba, no pude más y se lo hice saber:
-Las cosas entre nosotros ya no funcionan; siento decírtelo así y ahora, por eso era preciso que nos viéramos personalmente para hablarlo.
Noté a Summer desconcertado tras soltar la bomba, y después de un emotivo diálogo donde él me destacó la importancia y supuesto afecto que tenía hacia mí, me hizo nuevamente el planteamiento de que saliéramos más, que continuáramos conociéndonos, y que después de cierto rato así, a él no le disgustaría tener la relación conmigo.
Una como mujer en la fase de idealización del ser amado, tiende a ignorar lo que las revistas femeninas ofrecen como consejos amorosos, con todo y sus incómodas verdades como el típico:
Si él te dice que vayan poco a poco sin hacer las cosas públicas... es porque no quiere algo serio contigo.
Como buena ejemplar decidí ignorar tal verdad y preferí seguirme dando de topes contra la pared, puesto que continué esperando tales salidas.
Además no sé qué más pretendía él conocer de mí.
Habíamos pasado 435 días, un distanciamiento afectivo y 4 físicos; todo en orden para a éstas alturas habernos conocido lo suficiente y sin más atrevernos a dar el tan esperado paso.
Incluso yo había hecho sin la mínima intención y de modo propio muy buena amistad con una significativa mayoría de sus amigos y conocidos!
Desde ése día y todo marzo, pasamos otra distancia.
Seguía como adicta en abstinencia obligada de buscarle; mi dignidad era ése control.
Desde luego, si algo ayudó a aminorar mi aflicción ante su indiferencia fue el hecho de que seguía con múltiples actividades.
Pero como mala paciente en rehabilitación...
8 de abril: día 471
Mi cariño o mi estupidez fueron más grandes que ése orgullo que acostumbro tener y le escribí.
La temática fue el comentarle que sentí que habría exagerado las cosas, que él era un chico muy especial para mí, que lo quería y que sentía haberme comportado de un modo tan precipitado.
Su respuesta fue también conmovedora y tierna, especialmente en la parte en que me llamó una persona muy especial para él a quien quería mucho.
Nadie antes me había dicho ésto.
Pese a todo, seguí desconfiando, siempre alerta, siempre con inseguridad latente.
Más aumentaron éstas emociones negativas, porque aunque tuvimos una plática muy linda, volvimos a separarnos todo mayo.
Ésta vez sí lo sentí totalmente definitivo y me hice al propósito de ya no volverlo a buscar.
Me enfoqué en echar a andar la profesión, y me refugié en el yoga como nunca.
Otra forma de autocatarsis fue el abrir éste blog, desde el cual ahora les comparto éste tipo de historias.
Gran mayoría de mis anteriores posts están inspirados en mi experiencia con Summer.
Afligida pero resignada, pude continuar mis días con total normalidad y actitud positiva, y justo cuando crees que todo comienza a mejorar: aparece el tercer zapato que crea el desbalance.
Junio 1: día 500
A partir de ésta fecha, dejaré de contar los días.
Para mí fue el instante en que el paso del tiempo se detuvo, al igual que la rotación de mi mundo por éste y los próximos 6 meses.
En una quieta noche de verano, al revisar mis notificaciones de mensajes me encontré con uno en particular que me dejó helada:
Era Summer, saludando, reclamando por no haber sabido nada de mí en tanto tiempo, y pidiendo que nos viéramos.
Solté tremenda carcajada. No podía creerlo!
Tras sostener una conversación con él con muchas reservas, poco a poco reanudamos esos sentimientos de intimidad, exclusividad y cercanía tan nuestros...
Pasé un mundial de fútbol tan emocionante, único, divertido, espectacular como nunca antes!
Al fin nos volvimos a reunir, y pese a la brevedad del momento, una gran esperanza me invadió.
Mi cariño hacia Summer creció exponencialmente y estaba más que nunca convencida (aunque no segura) de querer estar con él en una relación.
Claro, sépase que moví las piezas de mi ajedrez emocional en función de cómo Summer las iba moviendo.
Dí en la medida en que él dió.
Posterior a ésta cita, seguimos por la senda de la indeseable y abrupta montaña rusa de la indecisión.
Por cada día que amanecía pensando que él me quería y me adoraba y que era la única, habían 3 en que era más mi pesadumbre por su afecto inconstante.
Hice todo lo posible por que no se notara que en realidad estaba ya muy debilitada para continuar; yo misma me daba ánimo y coraje para continuar en aras de al fin hacer posible ésa relación con Summer.
Todo el verano lo pasamos comunicados, aunque presos de ésa inestabilidad que provoca tanta indefinición emocional.
Septiembre: día 500 (día 670 en el conteo real)
Mis dudas sobre Summer continuaban resonando en mi cabeza de un modo tan perturbador, que no me era posible mirar mi realidad con los 5 sentidos en modo objetivo.
No sabía qué teníamos ambos, dudaba si tan siquiera estábamos teniendo algo, y peor aún, comencé a ver que ni yo misma sabía ya qué sentía por él.
Por cada día que pasaba sin vernos (recordemos que éste mes fue el que más ocupado tuve) tenía un terrible y pesado sentimiento de culpa, como si fuese mi responsabilidad total el hecho de que las cosas entre ambos no estuvieran funcionando.
Pasé un cumpleaños a base de sonrisas artificiales, y sensación de ansiedad y vacío.
Además una corazonada me indicaba que había alguien más en escena... y después de todo no estaba tan equivocada.
Octubre: día 500 (700 en tiempo real)
Y por éstas fechas apareció el tercer zapato, directo desde Monterrey.
Una niña que por movilidad académica cursó un semestre en mi alma mater y a quien posiblemente topé de frente en alguna ocasión pero jamás me inmuté de ello.
Comenzó a cimbrar mi piso con cada publicación cariñosa que le hacía a Summer en Facebook.
Y aunque dicen que ésta red social es un factor detonante para generar malentendidos y destruir relaciones, traté de conservar la calma lo más que pude, aún cuando las muestras de afecto entre él y la norteña eran tan evidentes, que el hecho de que Summer siguiera en contacto conmigo en un plan de continuar con lo nuestro era un gravísimo insulto hacia mi inteligencia.
Octubre fue un mes de pesadilla; perdí el control y el sentido del tiempo y espacio.
Sentía un inexplicable aire frío y una atmósfera de desolación por más soleado que estuviera el día.
Quizá a mí me faltó marcar mi territorio con Summer retacándolo de mensajitos cariñosos y caritas mandando besos en su time line facebookiano como la chica del norte hizo... pero mi extremo respeto a su espacio personal y a la privacidad de lo nuestro me contuvieron de hacerlo aún cuando mis dedos amenazaban constantemente mi touch screen para que así ocurriera y todos se percataran de que él era algo más que otro contacto más en mi lista que frecuentemente interactuaba conmigo por dicha red.
Si él no se pronunció por hacer público lo nuestro, entonces yo tampoco.
Mi paranoia era tanta, mi desesperación y enojo tan incontenibles... que pronuncié la temible frase: Tenemos que hablar.
No sé si la respuesta de Summer me contuvo de decirle ahí mismo muchas verdades fuertes, o me enfureció tanto que no pude pensar con la claridad requerida.
Summer se hizo desentendido y asustadizo tras haberle dicho ésto, apelando a que le hacía sentir mal que le pidiera que habláramos porque significaba que había hecho algo malo y no sabía qué era.
Trató por todos los medios y de todas las formas de preguntarme qué era lo que yo tenía, pero no caí en su trampa de facilitarle las cosas diciéndoselas vía mensaje.
Era preciso tenerlo de frente.
Como ya era su costumbre me postergó hasta mi cansancio, de tan mala suerte que vi una publicación que él mismo le hizo a la regiomontana lo suficientemente explícita respecto de que ellos tenían ya algo más que amistad facebookera para cualquiera que lo mirara...
De pronto sentí un horrible calambre en mi estómago acompañado de escalofríos extremos.
Yo había regresado cansada de un ajetreado día de caminata y compras, pero recobré toda la fuerza para escribirle entre furiosa, herida, triste y con tremendas ganas de gritarle, un mensaje donde le dejé claro que ya me había dado cuenta que estaba con otra!
Su respuesta es algo que hasta después de toda ésta historia sigo sin poder concebir:
-Primeramente, no estoy saliendo con nadie
La negó cuando lo que tenía con ella era más difícil de ocultar que un embarazo a los 8 meses.
Apagué mi teléfono y me fui a tratar de dormir con el corazón al punto de la taquicardia... qué taquicardia! a punto del infarto.
Amanecí sin apetito y con una energía tan fuerte, que hice ejercicio hasta caer muerta del dolor para tratar de sacar todos los sentimientos negativos que me consumían por dentro.
Al cabo de unos días al fin leí su mensaje completo, y apelando a mi piedad y por petición expresa del mismo Summer, quedamos para ir por un café y platicar.
Dicho café y para rematar con la tradición impuesta por él de postergar, nunca tuvo lugar, dado que me canceló la cita por un pretexto estúpido, a su vez que la niña Monterrey subía el tono de sus demostraciones amorosas y yo sentía cómo me enterraban la daga en mi estómago cada vez con mayor profundidad.
Cabe decir que en un gesto de supuesta astucia, Summer me ocultó todo su timeline para que no viera absolutamente nada!
Con qué fin? Para no herirme o para seguirme alimentando de falsas esperanzas y así continuar con lo nuestro mientras también continuaba con la otra mujer del norte? O ambas situaciones?
Mi cordura al igual que mi tranquilidad se encontraban prófugas.
No había día que no estuviera llorando, o hasta amaneciera con un tremendo dolor de espalda tras noches soñando que Summer y la chica de Monterrey estaban ya juntos.
Al menos de algo estoy segura: por primera vez mis sueños resultaron proféticos.
Noviembre: día 500 (día 730)
Noviembre fue el mes del drama.
Comenzó con una publicación del tercer zapato regiomontano en que le decía a lo descarado:
-
Yo también a ti (te amo)
Y Summer contestando de un modo tan cariñoso como jamás había sido conmigo.
Sentí que golpearon mi vientre con una roca hasta destrozarme las entrañas.
Si algo no me había atrevido a hacer en éstos casi dos años de estar con Summer, fue a decirle Te amo.
Para mí, ésta expresión no admite lugar a frivolidades; la dices únicamente cuando de verdad lo sientes, cuando la otra persona te ha demostrado y dado los motivos suficientes para decírselo, y sobre todo cuando estás seguro de que la otra parte siente lo mismo.
No son palabras que se deban tomar a la ligera o con las que se juegue, para evitar su sobre estimación.
El ver que Summer le había dicho éso a alguien a quien apenas llevaba dos meses de conocer me mató.
Ahora viví en carne propia lo que a Tom le ocurrió cuando sus expectativas y su realidad se vinieron abajo.
Con todo y lo explícito e innegable de la situación, Summer volvió a negarme a la niña de Monterrey, diciéndome que a "ésta persona" la había apenas conocido, que no quería perder lo que teníamos y antes quería acrecentarlo, y que me quería.
Yo me ahogaba en llanto, no sé si de tristeza o de coraje... todos mis sentimientos estaban sumamente fusionados y confusos.
Y a quién no le desagrada que le mientan cuando las cosas son más que evidentes?
A nadie le gustan las mentiritas piadosas. A éstas alturas habría sido mejor que Summer admitiera las cosas de frente, dándonos un adiós en persona y hablándolo como dos adultos maduros.
Si tan sólo Summer hubiese tenido ésta última atención conmigo, así como hizo la verdadera Summer al citar a Tom en un café para decirle que lo suyo debía terminar pero que lo consideraba un amigo... tenía derecho y había lugar a que ello ocurriera.
Quizá no hubiese sufrido tan terribles heridas en el alma como lo que a continuación me las hizo.
4 de diciembre: día 500 (más allá de los 700 días en tiempo real)
El día del fin del mundo.
A razón de que yo ya no podía mirar el timeline de Summer y que por decisión propia opté por alejarme de Facebook lo más posible, mi mejor amiga entre enfurecida con Summer y triste por mí me dió la noticia:
-Summer y la chica Monterrey ya tienen una relación; acaban de hacerlo público y ambos tienen una selfie juntos como su foto de perfil.
Imaginaron bien; de la nada, mi mundo se desdibujó como el de Tom tras enterarse de que Summer se casaría.
De soltar una carcajada sin sentido, pasé al llanto más intenso y finalmente al enojo más profundo que jamás hubiera sentido.
Del amor al odio.
Los días siguientes fueron fatales: frío invierno, anorexia nerviosa, insomnio, baja de la temperatura corporal y los ánimos hasta el piso.
Mis ojos terminaron tan hinchados que parecía migrante china, bajé 3 kilos y dos tallas.
Con motivo de su cumpleaños aún le escribí, pero terminé saliéndome de control en lo que le expresé, al decirle que era un patán y que lo odiaba.
Imagino que él me hubiera dicho lo que la verdadera Summer a Tom:
-Con ella sí estaba segura de lo que contigo no.
Y pasó por mi cabeza el cómo era posible que me hiciera gastar dos años así como si nada, sin darme el crédito de novia, para al final ser el novio de otra a quien conoció hace apenas unas semanas!
Me derribó por completo haciendo aquello que él alguna vez prometió no hacerme: me jugó la misma partida traicionera que mis amores pasados y él perfectamente lo sabía.
Pero una vez que caes, con la misma fuerza debes levantarte.
Después de algo así, es donde debes reconciliarte contigo mismo y darte cuenta que no hay amor más valioso e incondicional que el propio.
Así es que ahora estoy retomando todo aquello que abandoné por gastar tanta energía con Summer.
Pero como el odio es un sentimiento que te sigue atando a alguien al igual que los rencores... decidí soltarlo y para año nuevo firmamos la paz y para siempre.
Ahora cada uno andará por su cuenta por el resto de nuestras vidas.
Aunque no estoy tan convencida de querer por ahora una amistad con él. Aunque perdone, olvidar es más laborioso y tardado, pero no imposible.
Y heme aquí, enero del 2015 que es el día 1!
Por el momento no espero ni requiero que aparezca Autumn... estoy bien sola, así que candidatos: gracias pero, no gracias.
En la vida aún las personas equivocadas nos conducen a las situaciones indicadas, como en éste caso.
Desde ahora mi perspectiva acerca del amor y del desamor se han modificado drásticamente; ésta experiencia me ha transformado en otra persona totalmente diferente, irreconocible.
La palabra clave que rige todo 2015 es: CAMBIO.
Renovarse o morir!
With Love
Emma