domingo, 9 de abril de 2017

Mi encuentro con el hombre de mis sueños

"Well, life has a funny way of sneaking up on you. It's meeting the man of my dreams. And then meeting his beautiful wife."

 Y así como éste fragmento de la canción Ironic de Alanis Morrisette, la vida en verdad tiene maneras tan irónicas como cruelmente divertidas de abofetearte.

Recién había pasado por la cruda experiencia de Tinder, cuando por el accionar del destino, nuevamente sin saber cómo ni cuando pasó exactamente, ya estaba envuelta en esa dinámica de seguir conociendo gente.

A mi vida llegó Jean P., un chico canadiense de la provincia de Quebec, a quien conocí a mediados de noviembre del año pasado.



Él realmente cubría todos los aspectos físicos que me atraen en un hombre, y me vi irresistiblemente atraída hacia él, pero siempre busqué mantener ésta atracción bajo control.

Aún con las heridas de lo vivido meses atrás, decidí sin temor vivir otra oportunidad de por lo menos hacer una buena relación de amistad con Jean.

Después de una nutrida plática introductoria para conocer más el uno del otro, a iniciativa suya y para mi sorpresa, me invitó a tomar un café con él.

Entonces la primera cita ocurrió, pero dada mi experiencia previa, me mantuve con muchas reservas para tratarlo. A pasos lentos, pero seguros a fin de no volverme a involucrar y en consecuencia a salir lastimada.
La cita transcurrió con toda normalidad, cordialidad, en un ambiente muy amistoso, cálido. Tocamos todos los temas posibles, de lo más intelectual a lo más banal, y el tiempo se fue super rápido.

Le comenté en esa primera cita, que a mi me daba mucha curiosidad conocer la región de su país llamada Saskatchewan. Él me preguntó:

-Y qué quieres ver ahí si no hay nada? De hecho, existe una camiseta cuya frase es:

"Saskatchewan: easy to draw, hard to spell"

Yo quedé fascinada con eso y en broma le dije que haría mi esfuerzo por conseguir esa camiseta!

La verdad jamás mantuve ilusión o expectativa alguna de volver a saber de él después de ésta cita fortuita; ni siquiera pensé en seguir en contacto con él pero para mi sorpresa, él continuó estableciendo la comunicación con sus mensajes ingeniosos, su actitud fresca y amistosa, y su aparente interés en mi persona.

Aún así procuré no mirarle más que como un potencial amigo con quien pudiera sostener conversaciones divertidas de vez en cuando, ni siquiera imaginé que volveríamos a salir hasta que...

Back to december... 

En cierta conversación le manifesté mi desagrado por el mes de diciembre, a lo que me comentó que él haría lo posible por cambiar mi visión sobre dicho mes, y que dejara del lado la depresión estacional que involuntariamente me invade en esa temporada. 

Yo aún así me mantuve escéptica, pensando que quizá sus palabras eran mera cortesía y asentí en aceptar su oferta, que para mí era más bien una promesa ficticia. 

Cuál fue mi sorpresa, cuando, cierto día por la mañana recibí un mensaje suyo pidiendo que lo llevara a conocer mi universidad. 

Ese diciembre comenzó a sentirse diferente. 
Finalmente nos encontramos y paseamos por los jardines del campus, sosteniendo una plática muy profunda e íntima. De la nada y sin esperármelo, Jean comenzó a volverse más cercano a mí físicamente y me tomó de la cintura, mientras seguíamos recorriendo esos lugares universitarios llenos de historia. Sin mencionar que me entregó con cierto aire de ternura, unos obsequios que me había comprado especialmente en Canadá. ¿Cómo resistirse a eso?

Pese a la incipiente aproximación física que estaba experimentando, procuré mantenerme emocionalmente aislada, controlada, y racional. Pero al momento de despedirnos no pude contenerme más; después de ese abrazo de despedida lleno de tensión por ambas partes, tomé el impulso de besarlo sin importar las consecuencias, y él correspondió de una manera tan apasionada, que jamás nos pudimos separar. 

Aún después del beso, me hice a la idea de que lo acontecido solo era un suceso irrepetible de un día, pero para mi sorpresa me escribió pidiendo verme de nuevo pronto. 
Ésta vez no me emocioné tan rápido, y procuré mantener mi parte romántica a raya... pero no contaba con el hecho de que el impulso y el interés de él me llevarían hacia la pérdida total de todo raciocinio.

Cierto día, me dio la enorme sorpresa de ir a verme a mi oficina! tan apasionado, tan cariñoso, tan intenso y además tan atractivo... Había por fin conocido al hombre de mis sueños. 

Los días siguientes estuvieron llenos de más visitas sorpresa a mi oficina, miles y miles de mensajes 24 horas, 7 días a la semana, siguiendo mi día a día, pendiente de mis horarios y mis preocupaciones. 

Y así fuimos involucrándonos más. Pasamos navidad y año nuevo juntos aun a distancia, y comenzábamos a hacer muchos planes para salir a diversos lugares y eventos. Incluso, estaba interesado en complacerme llevándome a ver la película de Power 
Rangers, pese a que él no los conocía porque en Quebec nunca transmitieron esa serie. 

Éramos perfectos el uno para el otro, reíamos juntos, nos preocupábamos por el otro y siempre nos manteníamos al tanto sobre lo que hacíamos en el día. Nos acompañábamos a todas horas y en todo momento... se sentía esa complicidad y protección recíproca, al grado en que cierto día, me mostró fotos del platillo que preparó, y de ahí surgió la propuesta de invitarme a su departamento para cocinar juntos. 

Él estaba super dispuesto de llevar a cabo este plan, y de hecho él mismo fue a comprar todos los ingredientes del menú que le iba a preparar. Tan tierno, que me avisó cuando ya había comprado todos los ingredientes. Aquel día pasó por mí, y entrando a su depa, quedé enamorada de sus gatitos, a los que acaricié y consentí mucho. 
Y así inicié mi sesión en spotify, para disponernos a cocinar con música de fondo. Una vez armado el menú, la dinámica de convivencia daba la impresión como si tuviéramos muchos años de novios o bien, como si fuésemos recién casados. A mí me complacía mucho poder cocinar para él y atenderlo en la mesa, y sobre todo que le encantara lo que le preparé.





Ante algunos problemas que estaba teniendo con mi familia, él me manifestó su apoyo en todo momento, de manera incondicional.. lo cual me hizo caer aún más rendida ante sus encantos, dado que él había sido el único entre todos aquellos con los que antes había salido, que realmente mostraba preocupación por mí.

Los siguientes días fueron llenos de pasión, y la química en lo más íntimo fue increíble. 
El hombre de mis sueños era real!



Por fin pude curarme y convencerme de que después de todo, sí podía ser una buena pareja sentimental de un hombre que de verdad me encantaba en todos los aspectos.




Ya teníamos incluso pensado pasar días en la playa, y organizar los días de puente para pasarlos en su departamento, cocinando y viendo netflix.

Llegó enero y con él, muchos más planes y uno en particular con el cual estábamos sumamente ilusionados: el año nuevo chino.

Nuestra dinámica ya era hacer siempre algún plan temático, y con el año nuevo chino, la temática era prepararle un menú oriental, vestir como china y decirle algunas palabras cariñosas en chino mandarín. 
Una vez llegado ese día, lo recuerdo a él más cariñoso de lo habitual. Había pensado que el amor entre los dos ya estaba en su máximo punto, y mi visión era sumamente optimista.

Pasada la celebración a la que acudimos en el centro histórico, nos dispusimos a ir a su departamento para que comenzara a cocinar. 
Vi que él se me quedaba mirando intensamente todo el tiempo, pero no lograba descifrar el por qué.

Después de comer, tomamos nuestra habitual siesta y cuando estuve a punto de irme a casa, me tenía una sorpresa: mi camiseta de Saskatchewan de la cual hablamos en la primera cita!



Me robó totalmente el corazón. Tenía un amante perfecto y complaciente, como nunca antes lo había imaginado.
Aún nos mensajeamos en la noche, tan cariñosos. 

Y llegó ese domingo negro, un día después del inicio del año chino. Todo transcurrió con normalidad hasta las 4 de la tarde que fue la hora cero.
Al ingresar a mi perfil de facebook para mirar las noticias, vi que tenía muchas solicitudes de amistad. Entre ellas, destacó la de una mujer llamada Elisa, con la cual no tenía ningún amigo en común. ¿Por qué una mujer querría de la nada mi amistad?
Jamás acepto desconocidos, por lo que eché un vistazo a su perfil y me encontré con algo que me robó el alma: en sus fotos, ella aparecía abrazada con Jean P.

Entonces todo comenzó a darme vueltas y tuve esa horrible sensación de golpe bajo.
Lo primero que me había venido a la mente, fue que quizá se trataba de un extranjero que ilusionaba a varias para conservar su status migratorio en el país, o bien, que simplemente a todas con las que salía las trataba como a mí, y mi decepción fue instantánea y total.




Entonces de inmediato le pregunté a él si conocía a Elisa, y le pedí que por favor fuera honesto al respecto.
Él me indicó que en efecto la conocía, y me dijo que era su ex, y hasta aquí dejamos la conversación puesto que me sentí tremendamente mal.

Y lo peor estaba por venir la mañana del lunes siguiente, ya que al abrir mi inbox me encontré con una solicitud de mensaje de la tal Elisa, donde abundaban los insultos hacia mi persona, pidiendo que dejara en paz a Jean P., ya que él era casado. ¡Elisa era su esposa!
Así fue como me dieron el tiro de gracia y me mataron emocionalmente.
Rápidamente  le reclamé a él, y lo increpé por el hecho de que jamás me dijo que era casado.
Él me explicó que llevaba tiempo separado de ella, y que de hecho apenas había comenzado el proceso de divorcio.

Tuve las más horribles sensaciones en mi interior, me sentí como en una pesadilla sin final. Me había involucrado con aquello que más detestaba!

Lo peor del caso es que me encontraba en aquellos momentos en la oficina, y así debí aguantar todo mi coraje y toda mi tristeza, fingiendo que no pasaba nada cuando por dentro estaba destrozada.

Ésta mujer no descansó y al haberla bloqueado de mi facebook, se creó otro perfil teniendo como foto de portada, una foto mía, para desde ahí seguirme insultando, lo cual me dejó ver cuan desequilibrada mentalmente es.

Finalmente acordamos hablar en persona.
Aquel miércoles iba preparada para la guerra, y me sobrepuse emocionalmente para no flaquear al verlo.
Y mientras mis compañeros en el trabajo fueron a la comida de bienvenida para el nuevo integrante del equipo, un compañero llegado de Australia, yo me reuní con Jean P., con la intención de escucharle para, de ser necesario, cerrar un ciclo totalmente viciado e inoperante.

Jean P. llegó puntual al encuentro, y pude notar su temor ante mi reacción.
Para la sorpresa de todos, incluso de mi misma, me conduje de la manera más ecuánime y serena posible. Le dije que lo iba a escuchar, que no habían respuestas correctas ni incorrectas, ya que sólo quería por favor la verdad, y que no iba a juzgarlo.
Él sintió alivio y comenzó a contarme su historia:

Que apenas llevaba 3 meses de separarse de Elisa cuando nos conocimos, y que si no me contó que seguía casado, era por miedo a ya no volverme a ver.
Que él de verdad quería estar conmigo y tener una relación, ya que estar a mi lado lo inspiraba en distintos aspectos y adoraba que nos apoyáramos y compartiéramos nuestras metas.

Yo solamente lo seguí escuchando, y al final me dio cierto sentimiento de lástima, que simplemente lo abracé, y le dije que tendría que tomarme un tiempo fuera para pensar si quería continuar a su lado, o si era mejor separarme. Además que como buena abogada, le pedí la información del juzgado donde tramitaba su divorcio, así como el número de expediente. Él sin mayor problema me proporcionó toda la información que le pedí, incluyendo el nombre completo de la mujer, ya que por mi seguridad, ejercí acción legal en su contra por hostigamiento y amenaza.

Acordamos entonces volver a hablar entre finales de marzo y los inicios de abril, tiempo aparentemente suficiente para poder tomar una decisión consciente.

No conforme con haber creado el perfil falso con mi foto que también bloquee, Elisa creó otro perfil falso haciéndose pasar por un hombre, desde el cual me dijo que no me aferrara a él, ya que era gay, que por eso lo había dejado.

A él le informé de ésta situación para ver si me esclarecía algo al respecto, ya que yo en definitiva nunca le creí a ella; solo vi a una mujer desesperada de perder a su esposo.

Sin embargo, me fui convenciendo de que no quería cargar problemas inecesarios. Y de inmediato comencé una due dilligence exhaustiva para investigar el vínculo entre ésta mujer y Jean P., y así como ocurrió en esa película de "Las ex novias de mi novio", me llevé muchas agrias sorpresas, ya que, vi que su grado de involucramiento era tal, que me di cuenta que su vínculo sería muy difícil de romper, y no conformes con ello, me sentí muy intimidada de ver las fotos de ella con el Taj Mahal de fondo, ya que ése viaje a la India del que él tanto me habló lo hizo con ella.



En definitiva conforme pasaron los días, más me fui convenciendo de que lo mejor era alejarme definitivamente de él. Sabía perfectamente en mi interior, que jamás iba a poder hacer que él olvidara y superara su pasado con ella. 3 meses no son suficiente tiempo para madurar y superar emocionalmente una separación tras 4 años de matrimonio. Era evidente que yo sólo había sido una bocanada de aire fresco para que él definiera sus sentimientos hacia la otra persona.

Por si fuera poco, investigué a fondo qué ocurría con su divorcio, y me enteraron mis contactos del juzgado, que el divorcio no procedió y que de hecho ya habían ido a recoger todos los documentos, situación que me hizo sentir aún más mal.
Febrero y marzo fueron meses muy amargos, donde cada día que me levantaba, jamás dejaba de sentir ese pesar de haber sido traicionada, y de saber que había encontrado al hombre ideal que no podía estar conmigo y que en realidad no era para mi.



Mis sentimientos y mi razón se enfrentaron en una lucha a muerte, donde cada segundo cambiaba de opinión en el sentido de continuar con él o alejarme; hacer caso a esa parte de mí que no temía darle una oportunidad pese a las circunstancias, o la parte racional cuya argumento principal me indicaba que no era emocionalmente sano seguir con alguien que aún tiene un compromiso matrimonial que posiblemente jamás dejará, hasta que, no pude más y lo busqué para comunicarle mi decisión.

La hora final llegó

Un buen día, y tras haber escuchado todos los consejos y puntos de vista posibles de mis cercanos, a quienes les agradezco infinitamente su paciencia, apoyo y comprensión a lo largo de todo éste proceso (ustedes saben quiénes son), me armé de valor y le dije que estaba lista para hablar, que ya había tomado mi decisión.
Jean simplemente no me contestó nada, y tras 4 días de no tener respuesta suya para entablar un diálogo, estuviera listo o no, se lo dije: 

No seguiré contigo. 

Él únicamente terminó de matarme, para decirme que ya no hizo nada sobre su divorcio porque suponía que aún no estaba emocionalmente listo para hacerlo, y esa fue la justificación suficiente para plantearle que ya no quería volver a saber nada de él.

Si tendré a un hombre, quiero que sea 100% para mí. Dejarlo fue un gran acto de amor hacia mí misma. Me ha dolido hacerlo, pero no imaginaba vivir una vida a la sombra de otra mujer, ni ser blanco de un amor a medias.



Lo siguiente fue desearle suerte en la vida y bueno... heme aquí nuevamente. Con la bóveda afectiva clausurada y el corazón en el congelador. Jamás imaginé que ver hojas de maple me causara tanto conflicto de aquí en adelante.


Últimamente se me han presentado ofertas para salir en citas, mismas que he rechazado y seguiré rechazando, porque éste aspecto romántico lo dejaré descansar otra temporada, además que no se ha presentado alguna oportunidad que realmente me interese. 



Encontrar a Mr. Right será una hazaña milagrosa! 

Emma